Hoy me gustaría detenerme en algo que todos tenemos en nuestra vida cosas, actitudes, situaciones que nos absorben energía, pequeñas molestias que toleramos en nuestro día a día cotidiano precisamente porque las consideramos pequeñeces, no obstante siguen siendo fastidiosas.
A esto es a lo que denominamos «tolerancias».
Quizá la lista de tolerancias que tenemos pueda ser enorme, pequeñas cosas que nos fastidian, como el desorden de nuestro escritorio, que cada vez que me siento en él me da no sé qué.
La bombilla que lleva tres meses fundida y cuando enciendo la luz del cuarto siempre digo: «Mañana la cambio».
El coche, que cuando lo saco del garaje siempre me digo: «De este fin de semana no pasa que lo lave y limpie por dentro».
O quizás algunas cosas más grandes, como por ejemplo el que a veces toleramos nuestras malas costumbres, como mordernos las uñas o nuestra propia impuntualidad.
Da igual del tipo que sea, todas ellas nos roban energía e incluso en ocasiones nos llegan a agotar. A veces incluso no nos damos cuenta y comenzamos a sentirnos casi enfermos o estresados, pues la lista de cosas pequeñas que llevamos tolerando es tan grande que no sabemos por dónde comenzar a poner orden.
Todo proceso de Coaching, para que sea efectivo, debe identificar cuáles son estos «ladrones de energía»
¿Qué te parece si haces tu propia lista?